lunes, 4 de junio de 2007

Voces y Tormento


He sido calcinado por la desolación, y ahora muero lentamente. Sus voces se oyen aun ahora en gritos de amarga agonía, mueren también, sienten también como el tiempo derrama sus últimos minutos sobre este cuerpo moribundo.He existido con decadente insistencia en sociedades con sentido vacuo que absorbieron mi espíritu y secaron mi esencia. He transmitido dolor y desamor a los entes que con migo se regocijaban en pútridas orgías de sangre y violetas.
Sentí la calidez de un cuerpo femenino y la frialdad impávida de las miradas, soñé en matices fluorescentes y sometí a tortura mi cordura con fulgurentas flechas de discordia. Letanías de insulsas palabras sin sentido serán dichas en un funeral donde yace un cuerpo frió y carente de alma, un cuerpo que antaño fue respetado y marginado en igual medida por distintos estratos sociales y élites contrarias.
A pesar de todo nadie conocía mis tormentos, mis miedos, mis amargos secretos mentales, aquellos que con enfermiza insistencia se apoderaban de mi psique para causarme horrores y pesadillas vívidas.
Voces, solo voces de timbres resonantes que martillaban en mi cabeza son las que me han desquiciado durante mi existencia, han horadado el manto de la serenidad y ahora este es incapaz de contener el inminente aluvión de locura y podredumbre al que me he visto sometido.
Solo existe una salida y es la muerte, solo así podré ser libre en un universo donde esas caco demoníacas voces no atormenten mi alma, a eones de distancia, a través de infinitos universos de paz.
Ahora lo he hecho y la sangre brota jubilosa de mis venas, la muerte me ha sonreído con vehemencia y me sostiene entre sus fríos y ominosos brazos. Pronto dejaré de existir y la libertad será por fin, junto con la paz, mis compañeras en la eternidad, quizás.

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La Esencia

La Esencia está viva, cada día respira de nuestro aire y se mueve por nuestro espacio. Somos miserablemente pequeños ante ella. Es nuestra creadora. Pero sus manifestaciones son desconcertantes y casi nunca agradables. Sus manifestaciones son seres. Algunos andan entre nosotros y otros se ocultan en las sombras del mito, mientras que a otros más les es indiferente nuestra existencia y nos pasan de largo. Ellos son los seres de la Esencia.
Soy alguien que ha vivido cerca de todo ello, y que ha tenido la suficiente suerte de sobrevivir o, cuando menos, permanecer cuerdo.
Cada caso del que yo tenga conocimiento en el que se sospeche de una manifestación tal ha de quedar plasmado en este lugar. Aún a costa de mi volundad.

Mapamundi maldito

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